Otra pieza que tiende a gastarse mucho y que puede arruinar tu imagen es un abrigo desgastado y mal cuidado. Al igual que con los zapatos, los abrigos hay que cuidarlos. Obviamente, un abrigo de lana va a durar más y mejor que uno sintético, pero si los cuidas, ambos durarán y tendrán mejor aspecto.
- Cuélgalos bien o se deformarán; siempre en una percha de madera o plástico que dé forma a los hombros, nunca en un colgador del cuello.
- Llévalo a la tintorería, merece la pena la inversión. Si la tintorería es buena, el abrigo parecerá como nuevo.
- Cuando salen esas “pelotitas”, acostúmbrate a quitarlas con cuidado.
- Cepilla el abrigo de vez en cuando para retirar pelos o polvo.
- Cuidado con los hilos, los botones que se están cayendo o los bajos mal cosidos.
- Y, sobre todo, cuidado con los bolsillos, intenta no meter las manos ni nada que pueda deformarlos.
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