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Exfóliate: cómo tener un spa en casa





Una de las cosas más fáciles que puedes hacer para tener una piel y un cuerpo de primavera es coger como rutina utilizar las cremas correctas y utilizarlas a menudo.

Una buena idea, al menos es lo que yo hago y realmente funciona, es coger como hábito “crear un spa” en casa y tomarte tu tiempo para cuidarte y relajarte. Hoy te cuento paso a paso cómo conseguirlo.

 No es difícil, con un poco de tiempo y sabiendo paso a paso qué es lo que tienes que hacer, verás como no sólo dentro de nada tendrás una piel radiante, sino que además cogerás la rutina de cuidarte como si estuvieras en un spa ¡para siempre!


  •  Coge cita

Sí, coge cita, como si fueras a ir a un centro de belleza. A mí me encanta seguir este ritual los sábados por la mañana o los domingos por la tarde, que suelo quedarme en casa y aprovecho para cuidarme. Así que ahora coge tu agenda y reserva dos horas para ti…


  • Prepara el “menú”

El siguiente paso es “preparar el menú”, como yo digo. Ahora, de cara a la primavera, un buen menú de tratamiento es: Exfoliación + Hidratación extra + Piel bronceada. De paso, puedes hacerte la pedicura y la manicura, y si quieres ir un paso más allá y tienes tiempo, ponte una mascarilla en el pelo, ¡te sentirás como nueva!

Siguiendo el “menú” que te he sugerido, el siguiente paso es definir los “ingredientes” que necesitas para el tratamiento. Estas son algunas sugerencias:

Si vas a aplicarte una mascarilla facial o capilar, también necesitarás estos productos…
Ritual paso a paso

El siguiente paso es empezar con tu ritual. A mí me gusta encerrarme en el baño, preparar todos los productos y seguir estos pasos:

Antes de meterme en la ducha, desmaquillo manos y pies.

Si voy a aplicarme una mascarilla facial, me la pongo antes de la ducha y la aclaro dentro.
Después, me doy una ducha larga (mi bañera, por desgracia, es demasiado pequeña para mí ) y aprovecho para exfoliar muy bien la piel, poniendo especial atención en rodillas y codos.

Me seco con cuidado y aplico el autobronceador.

Maquillo mis pies (las manos las dejo para el final del día porque si no, no consigo que queden bien…).
Cuando he terminado de maquillarme los pies, el autobronceador ya ha penetrado, así que me pongo un albornoz y me dirijo a la cocina para terminar tomándome una infusión relajante.

A las dos o tres horas (depende del autobronceador. Alguno pone: “No hidratar la piel hasta el día siguiente”), me pongo crema en todo el cuerpo para hidratarlo.

Antes de tumbarme en el sofá para tomarme la infusión, me maquillo las manos y me tumbo a leer.
Termina el día de spa con una cena ligera. Ahora, de cara a la primavera, las ensaladas de frutas acompañando un buen pollo asado al limón (sin piel y de corral) son una cena ligera y muy sabrosa.


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