¿Alguna ves has tenido la sensación de gastarte dinero en un perfume para nada? Yo sinceramente sí, pero solamente tenemos que seguir unos fáciles trucos para que esa sensación caiga por completo en el olvido. Mantener el perfume en tu piel no es difícil, aunque debes de tener en cuenta siempre que cada piel es distinta y no todos los perfumes huelen igual en todas las mujeres.
Perfumarte antes de salir de casa y justo al final de prepararte en cuestión de ropa y maquillaje, ¿hacemos bien? Yo lo hago justamente al revés, recién salida de la ducha después de secarme. El perfume penetra mejor en una piel húmeda y caliente y se posa mejor en nuestra piel. Si a esto añadimos que el perfume tenga una línea hidratante mejor que mejor, aplicamos la crema también.
Aplicarlo donde más caliente está la piel, justo por donde corren las zonas de pulso y nunca en las manos, estas siempre van a estar tocando puertas, barandillas y demás objetos que pueden hacer que te huelan las manos a cosa rara.
En la ropa perdura mucho el olor, aunque hay que tener especial cuidado de no manchar los tejidos ya que te pueden quedar cercos y luego no salir al lavar las prendas, en especial pañuelos y camisas. Unas gotitas en el agua de la plancha es un truco que funciona, aunque no se nos debe olvidar cambiar el agua para quién venga ¡después! o tener una pequeña de viaje para dar el remate final a la ropa.
No ponerte perfume si llegamos tarde a un evento y debemos hacer los 100 metros lisos hasta llegar hasta el metro (mejor ponerla cuando lleguemos) y en general nada de ponérselo practicando deporte. El perfume y el ejercicio no casan, en todo caso un desodorante de la misma línea si lo tiene y crema hidratante en las zonas que menos suden, como brazos y piernas.
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